El Oráculo de Delfos, ubicado en la región natural de la Fócide, ha sido un centro espiritual con una rica historia mitológica. Varios dioses, especialmente Gea y Apolo, fueron considerados patrones del lugar.
Este santuario no solo albergaba predicciones oraculares, sino también juegos píticos, templos y thesauri para ofrendas.
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Método de Profetización
El método único de profetizar en Delfos destacaba por la participación de la Pitia. Descendiendo al ádyton, un espacio sagrado, la Pitia, con un bastón de laurel y una corona de hojas de laurel, realizaba un ritual mántico.
Sentada en un trípode sobre una grieta emanando vapores, entraba en éxtasis religioso para profetizar. Se sugiere que los vapores psicoactivos de la tierra podrían haber contribuido a su estado.
Profecías y Ambigüedad
Las profecías de Delfos, consultadas incluso en decisiones políticas, eran conocidas por su ambigüedad.
Historias de Heródoto ilustran consultas a figuras como Licurgo de Esparta y el rey Creso de Lidia. Este último, al consultar sobre su reinado, recibió respuestas enigmáticas que, al interpretarse literalmente, llevaron a su derrota.
Profecías y doble sentido
Las respuestas del oráculo a menudo contenían doble sentido. Consultas a los espartanos sobre la invasión de Arcadia o a los foceos respecto a los tesalios ilustran cómo las metáforas eran clave en la interpretación.
Estos episodios, narrados por Pausanias, resaltan la complejidad de las predicciones.
Declive y caída
A medida que avanzaba el tiempo, el oráculo experimentó un declive. Influencias geológicas, cambios en los métodos de profetización y la llegada del cristianismo afectaron su relevancia. Figuras como Cicerón y Nerón interactuaron con el oráculo, marcando un período de transformación y eventual decadencia.
El fin del oráculo
Con la propagación del cristianismo, el oráculo perdió su prestigio y finalmente cesó en sus funciones.
Leyendas como la consulta de Juliano el Apóstata revelan los desafíos enfrentados por Delfos. Aunque el sitio arqueológico ha recuperado su encanto, el mundo clásico llegó a su fin con la caída de Roma en manos de los visigodos en el año 410.